Los números siempre fueron una verdadera pesadilla con la que nunca pude lidiar antes, dentro ni después de la universidad. Nunca respondí ni resolví operaciones matemáticas, pero las letras siempre fueron mi mejor aliado. Sin embargo, en los últimos años, el periodismo me ha empujado a coger la calculadora en todo momento, y hoy, antes de escribir esta columna, me he llevado una gran sorpresa. 

Y es que, en la última década, el diario donde trabajo, como parte de los aportes para mi seguro médico, transfirió a EsSalud una enorme cantidad de dinero, así como yo hice decenas y decenas de llamadas para sacar una cita, pero nunca me respondieron o no hubo cupo. Las dos o tres consultas que pasé, por problemas de nutrición o por algún dolor muscular, las conseguí por intermediarios. 

El Minsa y EsSalud sufren de lo mismo: ineficiencia y desidia del Gobierno. Y este problema vuelve a hacer noticias, debido a que recientemente la Organización Mundial del Trabajo (OIT) recomendó que las agroexportadoras, por su inmenso crecimiento amasado con el Régimen de Promoción Agraria, incrementen de 4 a 9 % sus aportes por el seguro médico de sus trabajadores, lo cual, definitivamente, debió hacerse hace varios años, puesto que la agroindustria es el árbol frondoso de la economía, y como tal, sus trabajadores deben sentir ese bienestar.

Asimismo, la OIT ha pedido no permitir el retiro del 95,5% de los aportes a las AFP, que se restituya el descuento de 9 % sobre las gratificaciones para aumentar los ingresos de EsSalud, entre otras propuestas que pueden ser un salvavidas para intentar tapar ese déficit de más de 22 millones de soles que tiene este sector, pero una gran estafa para millones de trabajadores. El Ministerio de Trabajo ha dicho que el tema será evaluado. 

O se reforma Essalud o los pacientes pasarán de los pasillos de los hospitales a formar colas en las esquinas de cada nosocomio.