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Por: Redacción La Industria

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Publicada el 23/09/2020 - 03:43 PM

[Opinión] La tiranía de las ideologías: una dictadura invisible, por Jhon Juárez Urbina


Un político responsable no debería etiquetarse o dejarse etiquetar como de derecha o de izquierda, ni siquiera de centro, sino como una persona dispuesta a la búsqueda de soluciones en cualquier corriente de pensamiento.

A lo largo de la historia de la humanidad se han desarrollado corrientes de pensamiento orientadas a explicar la realidad. Plantean una óptica con la cual se observan aspectos de los fenómenos naturales o sociales y permiten cierto orden y estructuración del conocimiento.

Algunas de estas corrientes de pensamiento han sido aplicadas en el campo de la economía como por ejemplo la corriente liberal y la socialista cuyos presupuestos teóricos son contrapuestos y han sido y son el campo de encarnizadas pugnas intelectuales y con mayor dureza en el campo de la política. Ambas nos ofrecen una visión de la economía y el aparato productivo; sus planteamientos centrales marcan de principio a fin el desarrollo teórico de cada una de ellas.

Muchas de estas corrientes de pensamiento han logrado un vasto desarrollo teórico que han impulsado el “progreso” de la sociedad hasta hoy con sus virtudes y defectos. Pero al mismo tiempo que han polarizado las posiciones entre derecha e izquierda, hay una crítica central a nivel teórico con consecuencias prácticas importantes. A cierto nivel de desarrollo y al interno de estas, se han convertido en una camisa de fuerza que priva de otras ópticas para explicar la realidad o los fenómenos; es decir si eres liberal no debes aceptar aportes de un socialista o viceversa y está bien para la parte teórica, pero los encargados de aplicar estas recetas deben tener claro que muchas veces el deseo de encontrar soluciones dentro de una ideología ha generado constructos demasiado abstractos y forzados que resulta complicado emparejarlos a la realidad.

Pero la cuestión es porqué privarse de otras ópticas para explicar la realidad y a la postre aportar soluciones efectivas. Las ideologías son tiranas, no permiten la disidencia, es una dictadura invisible que obliga a no salirse del marco argumentativo. Sin embargo, si partimos incluso de que la realidad no es única, tenemos la obligación de buscar soluciones apelando a las mejores estrategias y prácticas de la ideología que lo aporte. Por ejemplo, tanto las ideas de mínima intervención como la máxima intervención en el aparato productivo de un país han demostrado ser deficientes y hasta desastrosas; por ello un político responsable no debería etiquetarse o dejarse etiquetar como de derecha o de izquierda, ni siquiera de centro, sino como una persona dispuesta a la búsqueda de soluciones en cualquier corriente de pensamiento. Siempre que estas alcancen a las mayorías.


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