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En la costa, han pasado cerca de seis siglos desde que las culturas Mochica-Chimú, Paracas y Nazca yacían en las áridas tierras costeñas, imponiendo su presencia y alimentando culturalmente a un Perú preincaico que con el pasar de los años naufragaría en un mar de cambios.

Por: Redacción La Industria

TRUJILLO

Publicada el 18/10/2021 - 06:47 PM

[OPINIÓN] Sentimentalismo, Peruanidad y Unidad Nacional: ¿Fantasía o realidad?


Desde el punto de vista de un estudiante secundario, el Perú se mueve en sentimientos colectivos de unidad y pertenencia que vienen y van como una ráfaga de viento.


Por. Rodrigo Carranzarodrigocarranzatavara2004@gmail.com


En la costa, han pasado cerca de seis siglos desde que las culturas Mochica-Chimú, Paracas y Nazca yacían en las áridas tierras costeñas, imponiendo su presencia y alimentando culturalmente a un Perú preincaico que con el pasar de los años naufragaría en un mar de cambios. Siglos más adelante, con la llegada de asiáticos, árabes, españoles, y variadas culturas que arribaron en los años previos a la formación de una república, nuestro país experimenta un proceso cambiante con el cual se transforman las diversas manifestaciones y prácticas culturales que perduran hasta tiempos modernos. En la actualidad, gracias al BDPI, se tiene conocimiento que en la magnífica sierra y selva del presente habitan 55 pueblos indígenas precoloniales, todos alimentando a la maravillosa diversidad cultural del país y dando una cara al sentimiento de peruanidad. Sin embargo, tras 200 años coexistiendo como república, los gritos libertarios de distintas identidades culturales colisionan, interfiriendo a su esperanzado intento de unidad. Es frente a esta situación que me pregunto ¿Hasta qué punto la diversidad cultural en el Perú permite la construcción de una unidad e identidad nacional? 

Desde el punto de vista de un estudiante secundario, el Perú se mueve en sentimientos colectivos de unidad y pertenencia que vienen y van como una ráfaga de viento. Como un ejemplo podemos analizar el retorno de la blanquirroja a la máxima cita del futbol en el año 2018. Al suceder esto, fue tal el impacto en nuestra comunidad que el jueves 16 de noviembre, día después de la clasificación, se declaró día no laborable, mientras que en variedad de instituciones educativas como en la mía se pararon clases para vivir la emoción de cantar el himno nacional en conjunto y celebrar el hecho de ser peruanos en la fiesta mundial del balompié. Es ahí como me percaté que lo bonito del momento encuentra su eje en el compartir, en un universo donde todos amamos y nos identificamos con algo, ya sea un símbolo, una imagen u once jugadores en una cancha.

En la otra cara de la moneda, tenemos la cruda realidad que aqueja al país tras las elecciones generales llevadas a cabo en la primera mitad del año. He aquí donde, frente a un escenario conflictivo entre distintas opiniones, el pueblo peruano y su unidad se ve vulnerada. Según Víctor Andrés Belaunde, el término “peruanidad” hace referencia a un sentimiento de identidad que une a los habitantes y poblados del país, este está basado en el apego hacia sus costumbres y la fe en su destino (Peruanidad, 1943). Es aquella última parte la que en momentos como los vividos se pierde. Durante pandemia, lo único que se escuchaba en los medios acerca de la opinión popular era a personas echándole la culpa al presidente, al gobierno e inclusive a otros sectores de la población, muchos tildados de “indígenas” e “ignorantes” por salir a ganarse el pan de cada día debido a sus trabajos informales. En ese sentido, se segrega la población en grupos resentidos que no logran comprenderse el uno del otro y que cuyas voces interfieren al conversar como si de una fiesta bulliciosa se tratara. 

Encontrar la unidad en la diversidad es una tarea compleja, sobre todo cuando el concepto de identidad cultural es uno que constantemente evoluciona. Según el Ministerio de Cultura, la mayor amenaza hacia nuestra interculturalidad es el racismo, en especial cuando se detiene en diferencias incambiables como la forma de hablar o el tipo de cabello. Gracias a la Encuesta Nacional sobre Percepciones y Actitudes sobre Diversidad Cultural y Discriminación Étnico-Racial realizada en el 2018, se conoce que el 31% de encuestados se ha sentido discriminado en espacios públicos o privados, y el 53% de los encuestados considera que los peruanos son racistas o muy racistas.

Tras horas de reflexivos pensamientos continúo sin hallar el por qué ese sentimiento eufórico de pertenencia parece desvanecerse entre anocheceres, y qué es lo que le falta al civil para declararle su amor eterno a lo peruano, celebrar lo nuestro y querernos a todos como hermanos. Nuestro país, en el bicentenario, se encuentra descarrilado en las vías de la unidad, representando un tren con decenas de vagones, cuyos pasajeros provenientes de distintas provincias no comparten su calidez humana debido a diferencias culturales e ideas obsoletas.





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