En el Perú los colegios profesionales son instituciones autónomas de derecho público reconocidos constitucionalmente. Sin embargo, asistimos a una distorsión de la naturaleza y funciones de dichos gremios, contrario al precepto legal. Desde ese mandato normativo, el Estado ejerce compulsivamente el funcionamiento de dichas asociaciones profesionales y les ha delegado el cumplimiento de mecanismos de control que aseguren el adecuado ejercicio de sus carreras. Pero, los colegios profesionales en el país se han centrado en defender sus intereses económicos, sociales y profesionales, actuaciones que competen exclusivamente a los sindicatos, según el ordenamiento jurídico laboral peruano. He aquí el meollo del problema que origina atentados directos a los derechos a la libertad sindical y a la libre asociación, que ni el Congreso ni los propios interesados discuten. Esta paradoja desvirtúa la esencia constitucional de los colegios profesionales desde los argumentos técnico-jurídico de Mauricio Matos y Fiorella Manrique, dos especialistas peruanos que publicaron un excelente artículo en la revista Laborem N° 22, el año 2020. Dicha explicación sirve para contextualizar los devaneos que un grupo de profesionales en comunicación viene impulsando ante el Congreso con el propósito de crear un Colegio de Comunicadores. Sería el tercero en al área, además del colegio de Periodistas, creado hace 42 años y el de Relaciones Públicas que tiene 32 años de funcionamiento. Para responder a las inquietudes, justas por lo demás, de un buen sector de comunicadores sociales, el Colegio de Periodistas del Perú presentó una propuesta legislativa que intenta modificar su nombre y denominarse Colegio de Periodistas y Comunicadores del Perú. El último miércoles representantes de comunicadores y periodistas se reunieron con el congresista Diego Bazán intentando buscar apoyo congresal. No arribaron a ningún acuerdo. Solo la promesa de una nueva convocatoria. ¿Es necesario una nueva agrupación entre los profesionales de la comunicación? En mi concepto, no. Todo lo contrario. Los relacionistas públicos, periodistas y otros del área son comunicadores profesionales, si muestran el título que los acredita. Por tanto, cabe una comunidad profesional fortalecida con una nueva estructura a través de especialidades o capítulos que obliga a la unión, no a la división. Conviene entonces diferenciar la naturaleza entre un colegio profesional y un sindicato y no seguir en error. La propuesta de los periodistas para extender su nombre apunta a ese objetivo. ¿Qué se demoraron? Es cierto. ¿Qué el Colegio de Periodistas del Perú no representa a los comunicadores? Es falso desde un análisis de la propia categoría conceptual de la comunicación social. Ésta es inherente al ejercicio periodístico desde hace 200 años en el Perú, como también lo es de aquellos profesionales donde el objeto de estudio es la interacción comunicativa. ¿Debemos renovar? Por supuesto. Pero difiere del espíritu suicida por implosionar.