Una definición que se le atribuye a la economía positiva, es el estudio de los fenómenos económicos observados en los mercados y en la economía en general, utilizando datos empíricos y análisis objetivo, es decir, describir y explicar cómo funcionan las fuerzas económicas. 

El economista Milton Fridman en su libro “Ensayos en economía positiva” publicado en 1953, proporciona una de las definiciones clásicas de la economía positiva. En esta obra, hace una distinción fundamental en la comprensión de la economía como ciencia. Fridman, explica la diferencia entre la economía positiva, que se ocupa de lo que es, y la economía normativa, que se ocupa de lo que debería ser. Ambas economías se encuentran muy ligadas porque en ellas se asienta la formulación de políticas económicas. 

Otro autor conocido en el campo de la economía positiva es el economista británico Lionel Robinns, conocido por su influencia en la definición de la economía positiva en su libro "Ensayo sobre la naturaleza y la importancia de la ciencia económica" publicado en 1932, Robbins enfatizó la importancia de la economía positiva como el estudio de la asignación de recursos escasos para satisfacer necesidades ilimitadas.

Ancori y Col (2000) explican con claridad y de manera sencilla cómo deben ser las políticas públicas, porque debido a la perspectiva de sus análisis y opinión dan dinamicidad al comportamiento de los mercados. Al comprender el funcionamiento de la economía positiva, existe la posibilidad de tomar las mejores decisiones en materia de políticas económicas ya que ésta se diferencia de la economía normativa que se basa en juicios de valor ético o moral.

El economista, cuando expresa su opinión, muestra las causas y efectos antes de tomar decisiones trascendentes. A ello se le denomina “declaraciones positivas” por lo cual deben ser reales, definidas claramente y de factible comprobación. También existe la posibilidad de ser aprobadas o descalificadas para seguidamente rectificarlas en función de las circunstancias y las evidencias.

Algunos aspectos de la vida real en los que se aplica la economía positiva son: política fiscal, comportamiento del consumidor, mercados financieros. Economía internacional, desigualdad económica, entre otros.