La Casa de la Emancipación es un recinto histórico por excelencia. Se le atribuye al lugar donde se proclamó la Independencia de Trujillo, cuyo suceso cumplirá 200 años este 29 de diciembre. En este inmueble inaugura por cuarto año consecutivo las mejores obras de los egresados de la Escuela de Bellas Artes de nuestra ciudad.

¿Quién no quisiera exponer su obra en esta casona? La gestión permanente de Ana Luisa Doig a través de la BBVA permite que los nuevos rostros del arte local tengan la posibilidad de develar su obra de arte en esta galería, ubicada entre las intersecciones del jirón Pizarro y Gamarra.

Víctor Montenegro, docente de artes plásticas de la mencionada escuela, encamina este trabajo en conjunto con Doig para seleccionar los importantes trabajos de los alumnos que cumplieron su quinto ciclo de formación en el año anterior.

La casona inicia cada año su agenda cultura con la inauguración de estas obras, las cuales ya se encuentran al alcance de la ciudad (con ingreso libre) hasta el 29 de febrero, de lunes a viernes de 9 a.m. a 1 p.m., de 4 p.m. a 7 p.m., y los sábados de 9 a.m. a 1 p.m.

Los nueve jóvenes artistas que forman parte de esta exposición “Khunpakuna” instalaron sus obras en la galería, donde hasta hace unos días se exhibían las pinturas del reconocido artista Joselito Sabogal, quien también fuera egresado de la Escuela de Bellas Artes de Trujillo.

“Nosotros consideramos que siempre hay alumnos destacados, uno más temprano que otros. Entonces, sabíamos que la escuela no iba a fallar, que los chicos iban a seguir produciendo como siempre”, resalta Víctor Montenegro.

El maestro Montenegro reconoce que la Escuela de Bellas Artes ha cambiado a diferencia de hace 30 años. El currículo actual se enfoca en que los alumnos ya no hagan un trabajo específico, sino que presenten un proyecto en el sentido cultural, social. Por ejemplo, los nóveles artistas incluyen drones entre otros elementos en sus obras.

“Yo soy un pintor que crecí dentro del indigenismo, pero mi pintura ha variado y se ha vuelto expresionista. Lo que yo trato con mis alumnos es de influenciar en sus obras. Por eso, observo lo que ellos hacen y tratamos de darle un camino. No me entremeto hasta no ver el resultado de lo que ellos quieren. Yo aporto en la parte de la composición, la armonía. Ellos ponen su creatividad y ordenamos los elementos”, resalta Montenegro.